*De Ortega y Gasset: “Ciudad es ante todo plaza, ágora, discusión, elocuencia. De hecho, no necesita tener casas, la ciudad; las fachadas bastan. Las ciudades clásicas están basadas en un instinto opuesto al doméstico. La gente construye la casa para vivir en ella y la gente funda la ciudad para salir de la casa y encontrarse con otros que también han salido de la suya”. Camelot.
Gilberto Haaz Diez
EL CAFÉ DE LA PAZ Y LIBRERÍA SHAKESPEARE
Suele uno de vez en cuando caminar por las ciudades. Recorro las que puedo y a veces donde llego. Veracruz y Boca del Rio, cuando allí ando. Lo normal es, cuando se llega a otro país, treparse a los autobuses turísticos y dar el rol, igual en Londres que en Nueva York o dónde uno llegue. Otra es caminarla. Mi caminar de a pie, como me llama Othón: cronista de a pata, en el relato pasado dejé muchas cosas en el tintero, diría un clásico, y también recordé al gran Carlos Monsiváis, a quien un día de hace muchísimos años encontré saliendo de plaza Perisur y le saludé: “Maestro, Monsiváis, que gusto saludarle”, extendió la mano y me devolvió el saludo y una de mis hijas pequeñas me dijo. “Ay pa, que naco te viste”, le dije que era como si ellas hubieran visto a Luis Miguel. Monsiváis era el gran cronista de la Ciudad de México, el gran relator de las coas urbanas y era muy recurrente, alguna vez alguien le preguntó al gran Monsi qué se llevaría a una isla desierta, y Monsiváis contestó que un Sanborns. En ese relato de ayer faltó platicar cómo vi la famosísima ópera de Paris por fuera, cuando te tomas un café en el de la Paz (Café de la paix), la otra cuando muy cerca de Notre Dame, antes de que se quemara, porque desde esa vez no he regresado, se camina unos pocos pasos y se mete uno a la librería Shakespeare and Company, que se hizo más famosa de lo que era cuando Woody Allen la incluyó en una película llamada Medianoche en París. Shakespeare and Company es una librería independiente situada en el quinto distrito de París, sirve al mismo tiempo como librería y biblioteca especializada en literatura anglosajona. Fue fundada el 19 de noviembre de 1919. La propietaria más famosa de la librería fue Sylvia Beach, que regentaba el establecimiento. Durante ese periodo, la tienda era considerada como el centro de la cultura anglo-americana en París. Era visitada a menudo por autores pertenecientes a la Generación Perdida, tales como Ernest Hemingway, Ezra Pound, F. Scott Fitzgerald, Gertrude Stein y James Joyce. Los clientes podían comprar o tomar prestados libros como el controvertido El amante de Lady Chatterley de D. H. Lawrence, que había sido prohibido en Inglaterra y en los Estados Unidos. Allí entré y compré un libro dedicado a esa tienda, su historia cómo fue forjada, solo lo tienen en inglés y francés, en lenguaje de Chacaltianguis, aún no. Es una librería de libros viejos, pequeña, te dan un café si se te antoja y te metes a los libros antiguos y modernos, al pie, a la salida en una brasserie hacen unas hamburguesas de poca. El otro sitio de brasserie para desayunar o comer, es a la salida de Notre Dame, en la esquina hay otro restaurante de ese tipo, donde se come sabroso, especial para los turistas. Visita obligada cuando se va a Paris, porque París bien vale una misa, diría el ínclito.
LA DE MI ALDEA
En Orizaba fui a visitar a los niños de casa hogar La Concordia, allí frente al parque y la iglesia del mismo nombre, los encontré comiendo y aproveché a mostrarles en mi Facebook unas fotos de cómo viven, su bello jardín y sus lugares de estudio y sus literas. Luego me crucé al parque La Concordia a comprar unas mollejas en el restaurante Madison, uno de los dos que tiene la ciudad, especialistas en carnes y cortes, el otro está en el Poliforum Mier y Pesado y son un par de restaurantes de gran éxito orizabeño. Luego caminé y le di unas vueltas de cardio al bello y orizabeño parque La Concordia. Poco más tarde me fui a ver la nueva obra que comenzó el Ayuntamiento, el tobogán de la montaña, las máquinas de la compañía constructora comienzan a abrir los caminos. Orizaba no detiene su inversión y progreso. Ahí vamos. Pueblo Mágico. Hoy me gané el día. Era un bello día soleado y había que aprovecharlo.