*De Hemingway en Paris era una fiesta: “Con tanto árbol en la ciudad, uno veía acercarse la primavera de un día para otro, hasta que después de una noche de viento cálido venía una mañana en que ya la teníamos allí”. Camelot.
Gilberto Haaz Diez
LA TOUR A BOCA DEL RIO Y VERACRUZ
Veintiún días después que el médico me recomendó no dejar mi aldea y el reposo constante, tomé la mugre y retardada autopista de Capufe, cuyas casetas tienen más colas que Disneylandia en tiempo de verano. Solo que en Disneylandia las aguantas, porque te vas a divertir, aquí te aguantas porque te aguantas, porque tienes que pasar por pasar. Escribo estas líneas un día después que llegué a Boca del Rio y Veracruz, esas dos ciudades gobernadas por Juan Manuel Unanue y Paty Lobeira de Yunes, que hacen una dupla panista, para tenerlas rechinando de limpias y con el turismo en su apogeo, como ocurre en Orizaba los fines de semana, que a veces parece Disneylandia de tantos turistas que llegan de estados cercanos. Los meteorólogos a la Walter Mercado presagiaban para el sábado por la noche un fuerte norte y un frío como de muerte. El norte llegó a Veracruz, el frío escala ahora a esta zona de las altas montañas. Es el Día de San Valentín, cuando “los amorosos callan. El amor es el silencio más fino, el más tembloroso, el más insoportable. Los amorosos buscan, los amorosos son los que abandonan, son los que cambian, los que olvidan”, según el poema inmortal de Jaime Sabines. Llegar a Veracruz y tomar el consuetudinario café en Don Justo en Plaza Américas, propiedad de la familia del empresario Manolo Fernández, cafetalero puro. Unas cuitas entre tres cuenqueños, porque Rico se dio de baja, le dio milonga y el frio le hizo quedarse en casa con pantuflas, pijama y orejeras, pero buscamos para comer, mi hermano Enrique y Pavón Fernando, el nuevo lugar del Llagar, que del hotel Punta Azul mudó a un local debidamente adaptado, modernísimo, un poco más adelante en ese mismo boulevard, mucho más amplio, cómodo, con terraza a la calle y otro sitio en el segundo piso para convenciones y comidas familiares. Hay más personal, por lógica. Nos atendió el mismo jefe de recepción que siempre lo hacía en el otro sitio, y una empleada también muy eficiente y con la amabilidad en el rostro. Es un lugar que estaba lleno el sábado, augurándoles un éxito, gusto me dio que la restaurantería comience a despegar en forma, porque esa maldita pandemia dañó mucho a los empleos, sobre todo a los meseros, cocineras y garroteros y toda esa gente que da servicios en los restaurantes. Un buen sitio para los turistas y para los veracruzanos, con la garantía del buen comer la cocina española, aproveché unos huevos con patata al estilo de Casa Lucio en la Cava Baja de Madrid y comimos unas costillas de res y un caldo de pescado y mariscos y la morcilla, como si fueran unas tapas en España. El mar se veía tranquilo, Pavón dice que los marinos suelen llamarlo: mar de plato, o sea, está tranquilo, sin olas, apenas un poco de viento intentaba moverlo, pero eso demoraría. Los buques estaban a la espera de entrar al Puerto a cargar o descargar, uno a veces los confunde con barcos, pero los barcos son de 26 por 32, según un conocedor.
MAS TARDE EL ROL (PLAZA ANDAMAR)
Poco después, el café de la tarde con la panza llena, en Bola de Oro en Plaza Andamar, había movimiento, por primera vez nos tocó que los acomodadores de autos nos enviaran hasta el sótano, tres pisos abajo, que en realidad estábamos abajo del nivel del mar, comenzaba a llenarse, dolió ver unas tiendas cerradas, esa pandemia pegó durísimo en el comercio, sobre todo en este donde deben pagar rentas altas y si no hay venta, pues con qué pagas. Pero esperemos que sea momentáneo. Uno ve a la gente caminar, a las jovencitas entrar a las tiendas de prestigio, Sasha, Zara del español Amancio Ortega, el más rico de España, Stradivarius y las de ropa íntima y también las de perfumes aromáticos para casa, como esa de Bath and Body que en esa plaza luce una esquina bella. Había revuelo porque llegaba el 14 de febrero, y ellas y ellos buscan el regalo para sus parejas. Qué la fuerza los acompañe y el amor les haga perdurar por una eternidad, diría Kamalucas, un filósofo de mi pueblo. Feliz 14 para todos.