*Y cuando despertaron, nada pasaría, era solo un calambre interno. Camelot.
Gilberto Haaz Diez
AQUEL ROMPIMIENTO (ESPAÑA-MEXICO)
En el ocaso del franquismo, cuando Francisco Franco ya lo esperaba la muerte y ETA aniquilaba y mataba gente sin piedad, al final de la administración del presidente Luis Echeverría Álvarez, pasaron, desde aquel septiembre de 1975, 47 años para que otro presidente, como aquel Echeverría, pidiera pausar las relaciones México-España. En aquel tiempo la causa fue que Franco mandó ejecutar a esos de la ETA con la técnica de garrote vil, que no es muerte a garrotazos, era una técnica que, al ejecutado, se le ponía en el cuello un collar y lo iban apretando hasta que le tronaba todo. ETA le había atacado y matado a Luis Carrero Blanco, jefe de gobierno de España, a quien los terroristas mandaron a volar con una bomba a su auto, cuando se bajaba a escuchar misa, como lo hacía a diario, y en España eran los terroristas de hoy, matando gente inocente. Echeverría montó en cólera y como quería la ONU y el Premio Nobel de la Paz, mandó congelar las relaciones y bajar a los españoles y mexicanos que estaban arriba del vuelo de Iberia rumbo a Madrid, le mentaban la madre a Echeverría, así suspendió las relaciones diplomáticas, que no las había, había solo encargados de negocios. Tiempo después llegó López Portillo y las reanudó. Ahora con este caso de la mañanera, señala la oposición que AMLO se tiró ese rollo contra España para aquietar esas aguas turbulentas del hijo en la mansión de Houston, propiedad de un directivo de compañía petrolera que tiene contratos con Pemex, caso que le pegó en la línea de flotación al presidente y lo trae más enojado que Cuitláhuac con los periodistas (historia más adelante). La historia de México y España es historia de dos pueblos hermanos. Y no hay ni habrá presidente que las impida. Habrá quienes las enfríen, porque la diplomacia suele ser así, pero el término que usó el presidente, de ‘una pausa’, ni su presidenta del Senado, la Olga Sánchez Cordero que quita los pecados del mundo, le entiende, porque se enredó con ese lenguaje cantinflesco al decir: “Pausa no es frenar, es dejar en pausa y dejar en pausa es una pausa. Pausa es pausa, como en la música y en la danza hay pausa”, no pues sí. Ayer mismo en esa mañanera, AMLO dijo: “Lo que dije ayer es ‘vamos, por el bien de nuestros pueblos, a tener una pausa’. No hablé de ruptura, no, dije ‘vamos a serenar la relación, que ya no se esté pensando de que se va a saquear a México impunemente, ya eso pasó, es una falta de respeto, deberían ofrecer hasta disculpa’, no lo han hecho no importa, pero vamos a entrar a una etapa nueva”. El único que debe serenarse, dijo un opositor, es él, y nadie más, en España no descifran que intentó decir con eso de una pausa. España es, tras Estados Unidos, el país extranjero de mayor inversión en México, con unos 76.000 millones de dólares (más de 66.000 millones de euros). Se queja AMLO de que la española OHL en tiempos de Peña Nieto generó corrupción, pues que vaya por Peña Nieto y lo detenga. El presidente dijo que “habrá una pausa para respetarnos y que no se nos vea como tierra de Conquista”, la verdad, mi presidente, que hubo tiempos que nosotros los conquistamos a ellos, como cuando le enviamos a Hugo Sánchez al Real Madrid y ganaba pichichis como loterías del pueblo, más cotizado que boletos de Bad Bunny. Aquello si fue una conquista y ni se quejaron, aplaudían.
CUITLAHUAC ESTA ENOJAO
Ayer noche, quien se llevó las palmas y las críticas de los conductores de noticieros, lo fue el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez. Sucede que los tres noticieros que veo. El de Ciro Gómez Leyva, Azucena con Milenio y a las Diez con Ortega, en el Financiero Bloomberg, pusieron el video donde el góber veracruzano regaña a una periodista, porque, según él, el delito de ultrajes a la autoridad pone felices a los abogados pues van a poder liberar a muchos delincuentes a quienes su Fiscala Carnala solo aplicó el delito de ultrajes a la autoridad. Ah que Fiscala. Estaba reenchilado, como cuenqueño buscando a Dios. La periodista de Meganoticias, Sarah Landa, no se intimidaba, no se arrugaba, por más que ese poder intimide, porque ver encabronado a un gobernador, como se le vio a este, con la cara descompuesta y burlón hacia la periodista, es algo que solo puede ocurrir en este México nuestro, donde su patrón, el presidente AMLO también se burla y condena a leña verde a los periodistas y ahora, hasta se atrevió a pedirle a Carlos Loret de Mola que le muestre su nómina y quién le paga. Loret no es funcionario público y a lo único que está obligado es a cumplir con sus impuestos. Las carcajadas llegaron hasta Latinus. Pobre Veracruz, señalaban en las redes. Tener un gobernador así, escribían en tuiter, es algo que Veracruz no se merece.