*De Bertrand Russell: “El león y la pantera son inofensivos, en cambio las gallinas y los patos son animales altamente peligrosos, decía una lombriz a sus hijos”. Camelot.
DESDE EL CONFINAMIENTO
Escrito en el sexto día del confinamiento. Al salir del hospital me tomé el día y el mismo domingo salí a la calle, pero entre mis hijas las Fauci y los cardiólogos que me están supervisando me mandaron decir que no abuse, o sea que no mammy blue, que ni soy Messi ni Nadal para andar del tingo al tango, entonces me di la media vuelta y me fui con el sol cuando llegaba la tarde, a casita, en el reclutamiento casero, apoltronado en el reposet viendo tele, escribiendo a ratos y leyendo por las noches. Viendo lo que se pueda. Por ejemplo, anoche vi los tres primeros sets del gran Rafa Nadal en el Abierto de Australia y ganaba dos sets a uno a un canadiense difícil, de apellido impronunciable, Shapovalov, lo dejé pendiente porque era hora de ir a la meme, pero en la mañana lo volví a ver y el gran Rafa avanza a semifinal al vencer en cinco sets, un partido duro, difícil.
EL BUEY DE ORIZABA
Hace unos días un buey de Orizaba anduvo paseándose trepado en una patrulla de policía. El Cabildo decretó que quienes no usen cubrebocas, primero serán apercibidos de que se lo pongan, y después si no ocurre les aplicarán una sanción. Informa su alcalde, Juan Manuel Diez Francos, que los contagios van al alza, que de 154 pruebas de Covid en el módulo del Centro de Espectáculos Luis Gutiérrez Príncipe-La Concordia, de 154 pruebas 143 fueron positivos. Yo Mero, que anduve en los laboratorios espantado del maldito bicho, la empleada me dijo que de 10 que se hacían la prueba 7 andaban contaminados. Al principio nadie le entendía al buey ese arriba de la patrulla, pero luego, dilucidando el lenguaje corporal había que clasificar que no seas buey y ponte el cubrebocas y evita que te trepen a una patrulla. Gracias a la ciudadanía que toma conciencia en esto, Orizaba no ha necesitado cobrar hasta ahora ninguna multa, si uno sale a la calle se les ve con cubrebocas, y el efecto fue tan impactante que, en el mismo noticiero de Ciro Gómez Leyva, anoche le dio cobertura a ese suceso y exhibió al buey arriba de la patrulla, a nivel nacional. A 30 días de que llegó esta Administración, las cosas se ponen en orden. Fue un impacto lo del Poliforum con la Rueda Mágica y los globos aerostáticos, porque esta es una ciudad plenamente turística y aún hay más, como diría Raúl Velasco, las mejores cosas por llegar están a la vista.
EL AZAR DE LA MUJER RUBIA
Por las noches le doy una hojeada a un libro de catálogo, de Manuel Vicent, El azar de la mujer rubia, el triángulo de tres personajes: el Rey de España, Adolfo Suárez, el primer jefe de gobierno de la Transición y la mujer rubia, Carmen Diez de Rivera, una historia de aquella España, la que olía a caña, tabaco y brea, según cantaba Mocedades. En el libro encontré de entrada, como prefacio o prólogo, un escrito de Borges, que reproduzco:
“Alejandro no murió en Babilonia a los treinta y tres años. Se apartó de su ejército y vagó por desiertos y selvas. Un día divisó una claridad. Esa claridad era la de una fogata. La rodeaban guerreros de tez amarilla y ojos oblicuos. No lo reconocieron, pero le dieron acogida. Como esencialmente era un soldado, participó en batallas en una geografía del todo ignorada por él. Era un soldado: no le importaban las causas y estaba listo a morir. Pasaron los años, él se había olvidado de todo y llego un día en que se pagó a la tropa y entre las monedas había una que lo inquietó. La retuvo en la palma de la mano y dijo: “Eres un hombre viejo; esta es la moneda que hice acuñar para la victoria de Arbela cuando yo era Alejandro de Macedonia”. Recobró en ese momento su pasado y volvió a ser un mercenario tártaro o chino o lo que fuere”.
CORREO DE MANOLO FERNANDEZ AVILA
Estimado Gilberto, considero deberías escribir sobre el error de no haber devuelto los Bancos nacionalizados a sus antiguos dueños, verdaderos banqueros, con más de cien años de tradición en el manejo de la Moneda y la Banca. Principalmente a la familia Legorreta, quienes habían formado un grupo de expertos a lo largo de esos años y cuyos hijos y nietos seguramente los iban a absorber por generaciones. Hoy en día, esa tradición se truncó, imposible de rescatarla y con ello, perdimos los mexicanos el estar bien protegidos en nuestros depósitos. Igualmente sucedió con Bancomer y la familia Espinoza Iglesias. En todos los países de Europa se admira la tradición familiar, garantía de seguridad, experiencia, honorabilidad, confianza, confidencialidad, decencia, moralidad, probidad, nobleza, etc….Lamentable que cada seis años nuestro país sufra una poda en el Sector público y privado debido a cuestiones políticas. Soy de los que pienso que los mandos medios, no deben cambiarse sino hasta la jubilación. Abrazos.