*De Roberto Bolaño: “Solo intento contar una historia y tal vez comprender los resortes ocultos de esta, aquellos que en su momento no vi y que ahora me pesan”. Camelot.
Gilberto Haaz Diez
LO QUE SE SUPO DE LA GIRA (AMLO)
Para conocer ahora de una gira presidencial, hay que hacerle al Ampudia que todos llevamos dentro, investigar, investigar y husmear por aquí y por allá casi con lupa. El presidente llegaba a Córdoba a la Celebración de la Firma de los Tratados de Córdoba, y según fotos y relatos y chismes de algunos amigos, se trajo al presidente de Ecuador con su esposa, Guillermo Lasso y, por consiguiente, al canciller Marcelo Ebrard, quien por la noche regresó a recibir a las asiladas afganas, que llegaron a México y Ebrard se trepa a los cuernos de la luna, asilando periodistas. El NYT lo alabó y agradeció el gesto al presidente y al canciller. Pregunté a un amigo que había sido priista hasta la médula (Como AMLO) y ahora se convirtió en morenista, si lo habían invitado a la comelitona fifí, que se desarrolló en la ex hacienda de Toxpan, atrás del parque de béisbol Béisborama, un antiguo ingenio azucarero, y me dijo nones. No pertenezco a ese círculo privilegiado, donde seguro si estuvo el súper delegado, Manuel Huerta Ladrón de Guevara. Pero las benditas redes sociales comenzaron a circular fotografías del convivio, comida que sería después de acto oficial de los 200 años. La puesta de la mesa, muy fií y pipirisnáis fue por encargo de Banquetes Ángel Peralta, un cheff reconocido de la zona cordobesa y todo Veracruz, y Rosy Peralta, de su floristería. Existen entre esas fotos un personificador con el nombre de la doctora Beatriz Gutiérrez Müller, historiadora y esposa del presidente. Una foto de presidencia se les hace ver a los cuatro, felices y sonrientes, los dos presidentes con sus esposas. Nadie me supo dar el menú, era más cuidado que el tesoro de Fort Knox y ya no supimos si el presidente se comió sus platos típicos: un suculento puchero tabasqueño con calabaza criolla, yuca y macal, acompañado de totoposte y chile amashito o Tlayudas oaxaqueñas. Lo que es un hecho es que la alcaldesa de Córdoba, Leticia López Landeros, según un meme del portal La Nigua, llegó a apapacharlo y pedirle perdón por el faltante de 26 millones de pesos, que le detectó el Orfis.
LAS PROTESTAS
Afuera del evento, los hijos del periodista asesinado en Ixtaczoquitlán, hacía unos cuantos días, Jacinto Romero Flores, con una gigantesca foto donde está su padre al lado del presidente AMLO en una gira, le pedían justicia. Y le lloraban al padre ausente, en este estado donde matar periodistas se convirtió en una caza despiadada. Allí mismo, cuentan los diarios, el diputado Nahúm Álvarez Pellico, un diputado morenista que ganó la elección de alcalde de Ixtaczoquitlán, y no quiso soltar el hueso y regresó de a rápido a pedirle a su suplente que ahuecara el ala, para seguir cobrando las suculentas quincenas, declaró, como miembro del Congreso del Estado en la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas (CEAPP), algo que a los cibernautas no les pareció, entre ellas que al comunicador le habían ofrecido protección y no la quiso recibir. Pamplinas. Y lo tundieron bien y bonito, sobre el crimen de Jacinto. Esa misma mañana, dos policías eran abatidos por Zongolica, entre ellos una mujer policía y resultó, según la versión de la SSP, que había sido fuego amigo cuando un policía de los estatales, discutió y sacó su arma y los mató, como en el viejo oeste. Habían también circulado fotos en las redes sociales, de la llegada de 4 helicópteros de la Marina a Béisborama, con la llegada del presidente AMLO y su comitiva, y arreciaron las críticas del porqué ya no usaba los de línea y se formaba a hacer la cola. Otra foto explicaba que, como si estuvieran salados, una bomba del Ejército que abastecía de turbosina a los helicópteros, se atascó y la de malas, también se atascó la grúa que iba en su auxilio. Las lluvias no perdonan. Mientras en Xalapa, una amiga periodista que vive por Murillo Vidal, me avisaba toda enchilada que habían cerrado esa avenida de las dos arterias, por la llegada del presidente, y que el Ejército ya era dueño de todo, casi hasta de nuestras quincenas. Allí donde está el Museo Kaná, el de Ciencia y Tecnología, que construyó e inauguró Dante Delgado Rannauro (1992), gobernador del cuatrienio, cuando aún no conocía a AMLO ni se hacían amigos y luego se despedirían como tales. Nombre del Museo que le cambiaron cuando llegó la 4T y llegaron bailando cha-cha-cha y borrar vestigios del pasado, aunque hayan sido buenos. Por la noche, cuenta el enterado periodista Arturo Reyes Isidoro en su columna Prosa aprisa, que Ricardo Ahued Bardahuil, el electo alcalde jalapeño y la esperanza de esos ciudadanos, fue recibido por AMLO en ese museo dantista y le llevó una libreta con las prioridades para evitar las inundaciones en Xalapa. Habla Arturo que le presentaron una carpeta con inversión inicial de 250 millones de pesos, pero creo que se quedarán cortos, van a necesitar fondos federales de 2 mil millones, si es que quieren que en cada lluvia Xalapa no se convierta en Venecia, donde hasta los ataúdes flotaron.
Así lo supe. Así lo cuento. Así nacemos, yo, tú, ese y aquel, diría Julio Iglesias.
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