Nada iguala a la victoria. Camelot.
Gilberto Haaz Diez
ESA GRAN FINAL
Suele uno ver partidos que, a veces, no tienen nada de emocionantes, diría Minga, una gente de mi pueblo. El primer juego de la final América-Toluca fue infumable, era más aburrido que una sesión del congreso veracruzano, porque esos políticos son muy aburridos y dan hueva. Todos. Pero señalan los conocedores que el segundo juego, el que define el campeonato es bueno y diferente. Este en el primer tiempo ahí iba. No se hacían daño, dirían los cronistas desmadrosos de TV Azteca que, ahora en la modalidad de las dos cadenas grandes que controlan el futbol mexicano, ya transmiten las dos al mismo tiempo, la diferencia la hacen quiénes narran. Los de Azteca son campeones, aunque Faitelsson y los comentaristas de Televisa, ya le dan un nuevo toque a la competencia.
Atrás quedaron los días en que todos nos embelesábamos, los de nuestra época, con aquellos grandes: Ángel Fernández, Paco Malgesto, Sony Alarcón, Fernando Marcos, Juan Dosal, Aquel primer comentarista de futbol americano, Fernando Von Rossum.
Todos ellos dejaron grandes recuerdos en el deporte, desde aquel Mago Septién en béisbol y una pléyade (¿Qué demonios será una pléyade?) de gente extraordinaria y, en épocas de aquellos años del 68, uno que vivía en esta zona, y va para los jóvenes que hoy encienden un aparato y tienen 500 canales de TV, teníamos que ir aquí cerca, o a Mendoza o Ixtaczoquitlán a ver los juegos de la selección mexicana, porque no había señal en este valle orizabeño rodeado de montañas. Eran otros tiempos.
TOLUCA Y VICTOR ARTEAGA
Resguardado por prescripción médica de no salir, a ratos me le escapo a los doctores y me voy a un merendero a desayunar, fiel a mi costumbre de hace tiempo. Voy por la segunda intervención quirúrgica y debo regresar sano y salvo gracias a las rezadas de algunas lectoras de este escribiente. Y como no podía salir vino a mi casa el nieto Chicharito, compañero de nuestros viajes a Madrid, cuando hemos visto al Real y al Barcelona hasta en la sopa. Alguna vez nos tocó ver hacer el que llaman hat trick a Cristiano Ronaldo, cuando brillaba en esa cumbre madrileña. Hat trick no es otra cosa que traducir a tres tantos.
Comenzó el juego y ese medio tiempo daban ganas de irse al Netflix. Pero había que aguantar vara y la emoción llego cuando comenzaron a caer los goles. Toluca se encumbró después de 14 y pico de años de no hacerlo, a ser campeón, y fue bueno por varias cosas, Ahora el penal fue contra América, siempre dicen que los favorece. Alexis Vega anotó y se convirtió en el jugador del partido. El turco Mohamed los llevó a la gloria y cada que gana un campeonato se lo dedica a su pequeño hijo, que se le murió en un accidente terrible cuando iban a ver un juego del Mundial en Alemania, y tercero porque allí estaba en la tribuna, aparte de Emilio Azcárraga, que siempre ve a sus águilas, don Valentín Diez, el dueño de la Corona cervecera y les había dicho que si ganaban, iba a comenzar un nuevo estadio, porque ese está más pinchón que cualquier otro.
Una más, quizá la más importante, cuando acabó el juego mi nieto Chicharito distinguió entre los jugadores del Toluca a un jovencito que es su amigo cuando estudiaron en el Colmex de Orizaba, Víctor Arteaga, de allí fue egresado, “Es mi amigo”, gritaba Chicharito como si él mismo hubiera metido el gol. Hijo del profesor Arteaga, un entrenador de futbol. Pues el chaval se llama Víctor Manuel Arteaga Camarena (21 años), y posando con el trofeo de campeón le dio la vuelta a ese estadio lo sentimos ya: Un orgullo Orizabeño. Felicidades, Víctor.