Atoyac, Ver.- La alcoholera Zapopan, un importante motor económico de la región, ha detenido sus operaciones debido a un bloqueo originado por denuncias ambientales. Esta situación ha dejado sin sustento a más de 300 familias de trabajadores directos y al menos 200 personas que dependen indirectamente de la planta.
Vecinos de Potrero Nuevo acusan a la empresa de contaminar los cuerpos de agua cercanos, lo que llevó a la toma del acceso a la planta y al cierre parcial de la carretera estatal Córdoba–Paso del Macho. Desde entonces, la producción se encuentra paralizada.
Los trabajadores, liderados por Miguel Palacios, claman diálogo con las autoridades. “Estamos de acuerdo en que se investigue, pero necesitamos trabajar mientras tanto. No es justo que paguemos justos por pecadores”.
El impacto del cierre se extiende a toda la comunidad de Atoyac. Pequeños comercios, transportistas, cortadores de caña y vendedores ambulantes reportan una disminución significativa en sus ingresos. En una zona con limitadas fuentes de empleo, la suspensión de actividades de la alcoholera agudiza la crisis económica local.
Ante la falta de una solución, los manifestantes se han instalado en un plantón frente al palacio municipal de Atoyac, afirmando que permanecerán ahí hasta que sus demandas sean escuchadas.
Gabriela Domínguez
