La música es amor buscando palabras. Camelot.
Gilberto Haaz Diez
CADA CANCION TIENE SU HISTORIA
Es cosa de saberle un poco, los historiadores de la música deben saberlo bien.
Van ejemplos, uno de ellos es aquella canción del gran José Alfredo Jiménez, cuando dice: “No pases por Salamanca, que allí me duele el recuerdo”, eso se debió a que en esa ciudad perdió un hermano, cuando todos pensarían que perdió un amor.
Otra es aquella canción de amor de Agustín Lara, Solamente una vez. En la vida, se pensaría que es de amor, pero el músico y poeta, como le llamaban, se la dedicó por completa al padre José Mojica, petición del mismo para la iglesia católica, o sea, es más de la iglesia que de los amores, aunque muchos se las lleven en las serenatas a la novia o al amor eterno.
Una canción que uso una frase que tuvo que ser retirada, fue aquella de La gloria eres tú, la canción hecha por el cubano José Antonio Méndez, que la compuso cuando tenía 20 años. Decía: “Desdigo a Dios porque al tenerte yo en vida…” Le dijeron noooo, blasfemia, no puedes desdecir a Dios, entonces la cambiaron por: “Bendito Dios, porque al tenerte yo en vida…”. Asunto arreglado.
La de Dos Gardenias, de Isolina Carrillo, la compositora y pianista cubana, llevada a la fama por Daniel Santos y la Sonora Matancera, la hizo ella para una novia que tenía. Fue un amor de Dos gardenias.
Cuando Paul Anka le llevó la letra de la canción My Way (A mi manera), a Frank Sinatra, le dijo esta es parte de tu vida, el mismo Sinatra lloró al escucharla. La canción era francesa y Paul Anka le puso la letra para inmortalizar a Frank, que la cantaba al terminar sus conciertos.
Una vez Paul McCartney le cantó Hey Jude a John Lennon, canción dedicada al hijo de Lennon. El hijo de John junto a Cynthia Powell estaba sufriendo las consecuencias del divorcio de sus padres con tan solo cinco años, algo que conmovió al músico y le motivó a componer dicha canción. El objetivo era animar al pequeño, que se había visto envuelto en los problemas de la vida adulta.
Hay otra que reza: “Nosotros, que nos queremos tanto, debemos separarnos, no me preguntes más…”. Es una historia de una canción hecha tragedia, la escribe Jaime Almeida: “En su letra este bolero encierra un drama surgido de la vida real: un enamorado debe alejarse de su pareja para no causarle daño, y le dice adiós sin mayores explicaciones. Esta historia ha dado vida al mito que rodea a la canción. La historia surge en La Habana, Cuba. El joven compositor Pedro Junco, nacido en el seno de una familia acomodada, llevó una vida disipada en su adolescencia y contrajo una enfermedad que en esa época era mortal: la tuberculosis. Tuvo muchos romances, pero no había conocido el amor de verdad hasta que entró a su vida una muchacha de seductora belleza”.
De esas me acuerdo.