Acertijos

Gilberto Haaz Opinión
Cuando el que paga, manda. Camelot.
Gilberto Haaz Diez
PASE A LA OTRA VENTANILLA
Tituló el diario Reforma la medida de la presidenta Claudia Sheinbaum, para operar las relaciones con Ken Salazar, que tendrá que ir a tocar la puerta del Canciller, Juan Ramón de la Fuente, como se estilaba a la antigüita y que Ya Saben Quién quiso comerse todo el pastel y él operaba todo: las relaciones y el comercio y todo. Fue un poco como la era de Luis Echeverría, cuando dijo que las finanzas no se manejaban en Hacienda, sino en Los Pinos, allí donde solo sus chicharrones tronaban. Así aquí. El expresidente era ajonjolí de todos los moles, si había conflicto, él le entraba, si era con España: déjenmelo a mí, con todos tenía encuentros y desencuentros, pero los desencuentros se pagan caro, porque después que el presidente dice por este camino no, nadie camina por ese camino. La presidenta CSP sabe de esas cosas. Es también un poco como cuando Echeverría dejó el poder y sed llevó a San Jerónimo, donde viviría, el teléfono rojo, que conectaba directamente con todos los secretarios. Ya gobernaba José López Portillo y una mañana el expresidente timbró esa línea roja y cuando Jesús Reyes Heroles, que era el secretario de Gobernación, supo que era él, inmediatamente que colgó mandó a cortar todas las líneas rojas del Gabinete. Ya había otro mando, ya había otro patrón y la lógica dice que allí, en esa Silla Presidencial, el que se sienta, manda. El diario Reforma, y así mismo lo anunció la presidenta, publicó que Ken Salazar tenía que ir a otra ventanilla, la de Juan Ramón de la Fuente, secretario de relaciones exteriores, allí se verían los asuntos de la patria. Bueno.
LA MUERTE DEL CINEASTA
En Xalapa, en un crimen terrible y con desmembramiento del cuerpo, fue asesinado Víctor Muro, un  cineasta que había laborado con el afamado y premiado Alfonso Cuarón. Comenzó el zipizape porque el gobernador Cuitláhuac, quiso minimizar el crimen con la cantaleta de que no había sido un cineasta, sino solo un acomodador de luces. Esa mecha prendió el fuego y López Dóriga le dio una arrastrada de su tamaño al gobernador de Veracruz. Hasta llegó a decir en su programa radiofónico: ‘Qué poca madre’. No solo él, con Ciro y los demás noticieros se asombraron de esa declaración gubernamental, donde no importaba si había sido director de cine o barrendero, era un ser humano que murió en circunstancias terribles, aunque al parecer ya fue encontrado quien perpetró el crimen. La Asociación de Cinematografistas también condenó el crimen y las desafortunadas declaraciones de ese ‘intelectual de izquierda’, como lo llama sarcásticamente Joaquín López Dóriga. El mismo Alfonso Cuarón tuiteó en su X, que lo lamentaba y aceptaba que había sido una gente de sus aprecios y se solidarizaba con la familia, lo que debió hacer el gobernador. Las muertes violentas en nuestro país no dejan de asombrar. Descanse en paz y sirva de ejemplo para que, lo primero que debe hacerse, es solidarizarse con la familia y la víctima, no andar con rollos.
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