Miguel de Unamuno, rector de la Universidad de Salamanca: “Vencer es convencer y hay que convencer sobre todo, lo que no puede convencer es el odio que no deja lugar para la compasión”. Camelot.
Gilberto Haaz Diez
Para la oposición y muchos mexicanos, estos son días de guardar. Las reformas y la avalancha de mayoreo que le da a Morena la Cámara de diputados y senadores, donde seguro maicean los dos o tres votos que les faltan, les ha dado pie a que hagan del país lo que quieran. Jamás se había vivido esto en Mexico, ni en los tiempos imperiales del PRI, siempre había algo o alguien que inclinara la balanza, cuando intentaban avasallar como un Tsunami. Son días muy peligrosos, me dijo un vidente, el presidente está a menos de 40 días de marchar y peligra, puede hacer como el emperador Nerón lo que quiera, bueno menos quemar Roma. El temblor que dejó la declaración del embajador Ken Salazar, aun no tiene sus consecuencias. Estados Unidos está enfrascado en su sucesión y la gente de Biden quiere que gane Kamala Harris, sea como sea. Y lo van a lograr, avanza ya con más de 7 puntos contra el locochón Trump, en los dos esquemas, votos personales y votos por distritos. Apurada, se dio tiempo Kamala, ungida ya como candidata demócrata, a enviar una carta de apoyo a los candidatos de Venezuela, a Edmundo y Corina Machado, asegurándoles que no los va a abandonar, y nadie ni en la OEA ni en la ONU encuentran la forma de cómo hacer que se vaya asilado o huyendo a Rusia o Cuba o China, Nicolás Maduro, un gorila de los más peligroso. A México ya no, porque el presidente AMLO medio entendió que apoyar a ese dictador era darle la espalda a EEUU y ese horno ahora no está para bollos. Qué pasara, qué misterios habrá, puede ser mi gran noche, cantaría Raphael. Así México, esperando el arribo de la primera presidenta y esperando los tiempos que los odios se vayan y que las mañaneras no sean templos de soflamas. Aunque dicen que el comunismo no existe ya, desde que la Unión Soviética se desplomó. Si existe, es por norma un comunismo que tiene a su gente formadas en las calles en busca de pan y leche, porque carne nunca hay. Así comenzó Cuba cuando unos barbones llegaron en 1959 y mírenlos, 65 años después cómo siguen. Así comenzó también Venezuela, rico país en petróleo y hoy sus nacionales huyeron y los que se quedan se forman para que les den los bonos de comida. México no. Dios nos libre y la Virgen de Guadalupe nos cuide. A los americanos, Venezuela se les fue de las manos. Cuando llegó Hugo Chávez desapareciendo los contrapesos, como ahora en México, poco caso hicieron y, cuando se dieron cuenta, entre Chávez y Maduro ya tienen 25 años empobreciendo más y más a su pueblo. Cito al veracruzano Ignacio Morales Lechuga, que sabe de estas cosas de la Reforma Judicial: “Las proyecciones del INE le dan a Claudia Sheinbaum una bancada legislativa con el número de votos suficientes para reformar la Constitución y su partido cuenta con los gobernadores necesarios para convalidar un proceso legislativo propio de un constituyente permanente. Es decir, podrán hacer con la Constitución y con las leyes lo que les venga en gana. En su perverso frenesí ignoran que entre más abusen del poder más corta será su permanencia en el gobierno. El país y la sociedad, por más fe ciega que tengan en Morena, difícilmente aceptarán cambios bruscos o un giro radical de timón”.