Orizaba, Ver.- El reciente feminicidio de Blanca Estela Carrera Rosas, una joven orizabeña de 26 años que dejó en la orfandad a dos pequeños, ha generado gran consternación en la comunidad. Helkyn Enríquez Báez, vocero de la Diócesis de Orizaba, expresó que estos hechos agravan a la sociedad y destacó la necesidad de justicia.
Lamentó el dolor que estos sucesos causan a las familias, enfatizando la gravedad de la situación debido a la persistente sensación de impunidad. «Estas situaciones deberían preocuparnos y conmovernos como comunidad», afirmó Enríquez Báez, insistiendo en que no debemos acostumbrarnos a la violencia.
Criticó la cultura de impunidad que prevalece y la falta de respuesta adecuada de la justicia a las denuncias de las familias y la sociedad sobre actos violentos. «Esperamos que las instituciones responsables de la seguridad y el gobierno respondan a la solicitud de una sociedad que anhela paz y tranquilidad», señaló.
El vocero también destacó la necesidad de que el gobierno reconozca la existencia de la violencia, comparándolo con un enfermo que no acepta su enfermedad y no sigue el tratamiento necesario.
Afirmó que sin aceptar la crisis de violencia no se implementarán estrategias adecuadas y urgió a revisar y mejorar las estrategias de seguridad.
Enríquez Báez añadió que la Iglesia tiene la responsabilidad de contribuir a la reconstrucción del tejido social, promoviendo familias unidas, valores y una cultura de paz. «Es fundamental que los líderes encabecen este esfuerzo para transformar la sociedad», apuntó.
Blanca Estela Carrera Rosas trabajaba en Tlaxcala y desapareció tras salir del centro nocturno Bora Bora. Su cuerpo fue encontrado en una barranca en Tenancingo, siendo identificado posteriormente.
Gabriela Domínguez
Llamada anónima permitió encontrar a Blanca Estela en Puebla