Acertijos

Gilberto Haaz Opinión
Hay muertes dolorosas, todas, pero esta impacta en México. Camelot.

Gilberto Haaz Diez

EL POLICIA CAIDO
Uno suele ver en las películas o series americanas de policías, que cuando uno de ellos cae, la rabia y el coraje entra en todo ese grupo policiaco. No terminan hasta que dan con los culpables. Y logran su captura. O los abaten. Nada hay peor que asesinar a un policía en EEUU. Aquí no, aquí en México es una constante que policías y guardias nacionales caigan en el cumplimiento de su deber. Lo mismo en un enfrentamiento con las bandas criminales, que en ejecuciones traicioneras como la de Milton Morales Figueroa, un policía, el primero en investigaciones, que fue abatido en una colonia cuando llegaba como civil, sin protección a una pollería. Fue un crimen que horrorizó a México, cuando la política de abrazos y no balazos ha sido un fracaso total. Con Milton, jefe de inteligencia policiaca de CDMX,  un policía honesto, cae uno de los más preparados para la investigación, venia apenas de la India de un curso sobre investigaciones y de Israel tenía varios de ellos. Una baja dolorosa para el gobierno mexicano, para Omar García Harfucht, que era uno de los suyos y para la ciudadanía, que se siente desprotegida sin policías honestos. Milton tuvo casos relevantes, entre ellos la aprehensión de los 14 que atentaron contra el periodista Ciro Gómez Leyva, que ese caso por si solo echa lumbre. Cuando no han podido saber ni el móvil ni los autores intelectuales, puros materiales. Los periodistas del crimen, Héctor de Mauleón y Jorge Fernández Menéndez, expertos que dedican sus columnas a este tipo de atentados, ambos escribieron el operativo que mató al policía y lo costoso que va a ser ese crimen para el gobierno. Es una baja dolorosa, mas por saber que Omar García Harfuch lo tenía casi designado para ser el jefe del comando de operaciones de investigación federal (CNI), ahora que lleguen con Claudia Sheinbaum. La numeralia impone, han sido asesinados 2273 policías caídos en este sexenio. La cacería más grande contra los criminales en Estados Unidos, se da cuando uno de ellos cae asesinado. Así debe ser aquí, tomar las riendas y conformar un grupo y entonces ir por los criminales, desde los que ejecutaron el crimen hasta los intelectuales. Más ahora que en las campañas del lado de Trump y su vicepresidente, el halcón JD Vance, declaró “México dejaría de ser un país y se convertiría en  un narcoestado, a menos que nosotros tomemos el control”,  está hablando y asegurando que enviaran un comando a la frontera de México para abatir a los grupos que trafican con el fentanilo, porque al declararlos organizaciones terroristas, la ley les permite entrar a cualquier país, así sea violando la soberanía, y  ya sabemos que a veces cumplen esas amenazas, como cuando fueron por Manuel Noriega a Panamá, que huyó a refugiarse en la embajada del Vaticano y hasta allí fueron por él, en tiempos de George Bush. La muerte de Milton no debe quedar sin castigo. Un policía honesto y eficiente, de elite, de los no muchos que podemos presumir. Descanse en paz.
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