“Hay puñales en las sonrisas de los hombres; cuanto más cercanos son, más sangrientos”. (William Shakespeare). Camelot
Gilberto Haaz Diez
DE TRAIDORES A TRAIDORES
Parecería una pelea de Tirios y Troyanos. Wikipedia: “Tirios y troyanos es un tópico literario que se refiere a dos enemigos o adversarios irreconciliables. La forma más habitual de su uso es para denotar algo que es aceptado o elogiado por personas o grupos de ideas muy diferentes. En Don Quijote de la Mancha, Cervantes usa la expresión «Callaron todos, tirios y troyanos». Así la lucha por el poder en el PRI, donde Alito Moreno se ha agandallado el proceso y quiere seguir reinando hasta el año 2032, o más, si se lo permiten al estilo de Porfirio Diaz. Es un agandalle, dicen todos. Las razones de Alito son que todos aquellos que no coincidían con sus modos y formas, se fueron a la otra orilla y Alito los acusó de traidores, es mas a uno, debe ser Manlio Fabio Beltrones, le dejó ver que algo tuvo que ver en el crimen de Colosio. Y algo debe tener de razón en contra de Osorio Chong, Claudia Ruiz Massieu, Eruviel Ávila, Alejandra del Moral y los que dejaron el poder como gobernadores y se fueron de embajadores: Quirino Ordaz, Claudia Pavlovich, el oaxaqueño Alejandro Murat, Carlos Joaquín González y Carlos Aysa, y la joya de la corona, el exgobernador primo de Peña Nieto, Alfredo del Mazo Maza, a todos ellos, Alito Moreno los acusa de “bola de cínicos, esquiroles, al servicio del gobierno, que “rompieron la unidad a cambio de impunidad”. Jugaron contra el PRI y es cierto. Pero él no ayuda a la democracia priista, con su reelección, lo diría Kamalucas, un profeta de mi pueblo, si viviera. Señalan algunos priístas, que Alito, a quien algunos llaman ‘Madurito’, se quedó a ponerle el último clavo al ataúd al PRI y lo va a sepultar, con honores o sin honores.
LOS EN CONTRA
Francisco Labastida, Beltrones y las pocas vacas sagradas que quedan en el PRI, pusieron el grito en el cielo y aseguran que impugnarán la elección. Lo que debió haber ocurrido era sencillo. Al otro día de la elección, cuando mordieron el polvo tanto el PRI como el PAN, porque el PRD ya se daba por fallecido, los dirigentes, Marko Cortes y Alito Moreno debieron haber puesto su renuncia al instante, convocar a elecciones y permitir que gente joven llegara a la dirigencia, si se podía mujeres, mucho mejor. Pero no, siguen con los dinosaurios queriendo controlar ese partido, porque tiene todavía poder y dinero, dinero que da el presupuesto y poder para elegir a las y los candidatos a diputaciones, senadores y alcaldías que allí vienen. Sobre todo que la jefa Claudia Sheinbaum va a enviar al Congreso la prohibición de la reelección de diputaciones y senadurías y alcaldías, o sea se abre el espacio para gente nueva y ya los que se han reelegido, sin merecerlo, se van a su casa. Además, ahora no llegó la verdadera democracia, lo que llegó es un avasallamiento partidario, porque Morena viene con ganas de quedarse, sino los 70 años del PRI, si unos 69. Y hay que recordar que el verdadero transformador de la política mexicana en su alternancia, lo fue Ernesto Zedillo, cuando no metió las manos en la elección priista y permitió que Vicente Fox llegara como el primer presidente de la oposición. Ha llovido desde entonces.