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Arturo Reyes Isidoro Opinión

El PRD, ¿cambiar para que todo o para que nada cambie?

Arturo Reyes Isidoro

En palabras de su dirigente estatal, Sergio Cadena Martínez, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) se prepara para un cambio radical que implicaría cambiar de nombre (y, lógicamente, de siglas) y de colores.

La dirigencia estatal del partido del sol azteca emitió ayer un comunicado de prensa en el que adelantó que en diciembre realizará un congreso nacional donde se marcará la nueva ruta a seguir.

Cadena dijo que “de la mano de expertos y analistas” ya se debate y se trabaja en la mesa el cambio, que sería “desde abajo… sin perder esencia” para concretar una sólida transformación.

El político originario de Catemaco hace el anuncio luego de que el pasado 2 de octubre asistió en la Ciudad de México a una reunión en la que sesionó con los dirigentes nacionales, encabezados por Jesús Zambrano, donde se actualizó sobre lo que se está cocinando, transformación que necesariamente tiene puesta la mira en el proceso electoral de 2024.

Sergio no dio más detalles, pero fuentes políticas de la Ciudad de México habían comentado ya al columnista que lo que hoy es el PRD podría desembocar en un partido orientado a la socialdemocracia.

En principio, creo que es oportuno como necesario que la oposición cambie, para que en serio todo cambie, y no cambie, como en El Gatopardo, para que nada cambie.

El Partido de la Revolución Democrática fue fundado el 5 de mayo de 1989 con el lema “¡Democracia ya, Patria para todos!”, con tendencia política de izquierda. Hasta la fecha, que se sepa, es miembro de la Internacional Socialista.

Tiene su origen en la fusión de la llamada entonces Corriente Democrática del PRI con los movimientos y organizaciones de la histórica izquierda mexicana. Algunos de sus fundadores fueron Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez Navarrete, Rodolfo González Guevara, Andrés Manuel López Obrador, Heberto Castillo Martínez, Gilberto Rincón Gallardo y Amalia García Medina.

La principal exigencia de la Corriente Democrática era que se acabara con el dedazo en la designación del candidato a la presidencia, lo que el presidente Miguel de la Madrid y el sistema político tricolor no aceptaron, imponiendo a Carlos Salinas de Gortari, dándose entonces un gran desprendimiento político que con el paso del tiempo vino a casi acabar con el PRI y a desembocar en lo que hoy es Morena.

De paso cabe recordar que, en la elección presidencial de 1988, Cárdenas Solórzano, como candidato de la Corriente Democrática, ganó la elección a Salinas, pero el gobierno instrumentó un gran fraude electoral, operado por Manuel Bartlett, entonces secretario de Gobernación y hoy director morenista de la Comisión Federal de Electricidad, fraude que pasó a la historia conocido como la “caída del sistema”. Al año siguiente, se fundó el PRD.

Dirigentes del partido del sol azteca fueron, entre otros, Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Andrés Manuel López Obrador, Amalia García, Rosario Robles (la misma a la que hoy AMLO tiene en prisión por capricho) y Jesús Zambrano, quien ahora repite.

Así, 32 años después, el PRD está a punto de cambiar de piel, en un momento en que la oposición está muy debilitada, en la que el electorado está volcado con Morena, pero en el que muchos que apoyaron la fundación de este partido están desencantados tanto por como se maneja la organización política, en forma muy parecida al PRI, como también por la forma en que está gobernando López Obrador.

En Veracruz, en Xalapa, en reuniones que he tenido en diversas fechas con exmilitantes y exdirigentes perredistas, con verdadera tendencia de izquierda, los he escuchado dispuestos a regresar a su expartido si consideran que ha retomado el rumbo y que está dispuesto a cambiar, como lo pretende ahora.

El partido amarillo con los años vino a menos, pero su peor descrédito lo sufrió durante la dirigencia de Rogelio Franco Castán, hoy en prisión, por haberse aliado y, en los hechos, haber entregado siglas, colores y decisiones, a la hora del reparto de candidaturas, al exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares, quien como premio lo nombró secretario general de Gobierno en su administración.

Ya en la dirigencia estatal, Sergio Cadena Martínez se negó sistemáticamente a atender la invitación de Franco para que fuera a visitar a Miguel Ángel a Boca del Río, se ha mantenido distante de los Yunes azules y su gran lucha ha sido no solo mantener la independencia de su organización política sino borrar la imagen de que el PRD es un partido que todavía obedece a las indicaciones de Franco, es decir, del exgobernador.

En el pasado proceso electoral, por esa lucha de no claudicar y entregar su partido al gobierno, al que combatió de frente y en forma abierta, los perredistas sufrieron represalias, amenazas, acosos, arbitrariedades, agresiones, al grado que militantes aspiraban a un cargo elección popular están hoy en la cárcel.

Aparte de las decisiones cupulares en el plano nacional, el gran reto de Cadena es tener la visión, la disposición, la sensibilidad, la seguridad y el coraje para abrir las puertas a todos los que se fueron, pero también para sumar a quienes no quieran ya saber nada del PRI, repelen la derecha del PAN y están desencantados de Morena.

Con su registro a salvo, con la tendencia cada vez más marcada del gobierno a recortar recursos para los partidos, con mando firme pero con reglas claras, incluso lo que vaya a ser el PRD puede agrupar a quienes participaron en el pasado proceso electoral con partidos de nueva creación, pero que perdieron su registro.

Si se concreta el cambio del PRD por lo que vaya a ser, su dirigencia habrá tenido el valor de dar el gran paso al que no se decidió el PRI en el año 2000 cuando perdió por primera vez la presidencia y cuando hubo voces tricolores que pedían cambio de nombre y de colores, sin perder su esencia ideológica.

Es ahora o nunca. Desde el primer día de enero de 2022, el partido que quiera ser competitivo en 2024 deberá empezar un trabajo constante, arduo, disciplinado y comprometido con sus principios, sus valores y su militancia, y si lo hace renovado, seguramente mejor.

Hasta donde el columnista sabe, voces internas a nivel nacional incluso se han venido pronunciando porque lo que ahora es el PRD vaya solo en la próxima elección y tome el camino por el que optó Movimiento Ciudadano: más vale solo que mal acompañado.

El PRI nombró nuevos integrantes del CEN; ningún veracruzano

Mientras, el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno, anunció ayer el nombramiento de nuevos integrantes del Comité Ejecutivo Nacional, entre los que no aparece ningún veracruzano, lo que indica que la caballada tricolor estatal está muy flaca, como caballo lechero. Los recién nombrados serán enlaces con los comités estatales.

En Xalapa, la dirigencia estatal, encabezada por Marlon Ramírez Marín, inició los trabajos del tricolor rumbo a su XXIII Asamblea Nacional, anunciada para el 11 de diciembre.

“Esta asamblea, promoverá entre la militancia, una participación plena, abierta y libre, además es el máximo espacio de participación y debate partidista, un ejercicio democrático e incluyente, con integración generacional, en un ambiente de libre expresión y crítica, referente de lo que el país necesita”, se dijo en un boletín de prensa.

Cuitláhuac pide a los suyos dejar de pensar en el 2024

Con bastante sentido, el gobernador Cuitláhuac García pidió “al movimiento transformador de este país”, es decir, a los suyos, más en concreto a los integrantes de su gobierno, que se dediquen a trabajar porque “la consolidación es ahora” y que dejen de pensar en el 2024, esto es, en el relevo en la gubernatura.

El mandatario estuvo en su programa de propaganda semanal, en RTV, la noche del miércoles y ahí soltó su dardo. No es ningún secreto que varios de sus colaboradores andan como pepitas en comal caliente pretendiendo ser los candidatos a sucederlo.

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