La Perla, Ver.- Familiares y amigos despidieron a Samuel, el niño de 11 años que murió asesinado, tras una partida de maquinitas.
El blanco del ataúd y las flores contrastan con la humilde vivienda de madera y lámina donde velaron a Samuel, Leticia Hortensia su madre, llora desconsolada.
El domingo, un niño de 10 años le arrebató la vida con un disparo en la cabeza, en una tiendita de la comunidad de El Tejocote, en donde acababan de jugar una partida de maquinitas. El triunfo de Samuel tuvo un desenlace inimaginable entre dos niños que se enfrentan en un juego.
Leticia Hortensia pide justicia a las autoridades y ayuda a la población para dar con el responsable y su familia.
«Me duele en el alma, mi hijo solo tenía 11 años de edad, le gustaba jugar, ir a la escuela, reír, era un niño muy sano y contento, mi hijo no tenía rivalidad con el otro niño, no fue como lo dicen que tuvo rivalidades con el otro niño, mi hijo era su amigo».
Entre sollozos, la afligida madre considera una total falta de responsabilidad dejar una pistola en la mesa, como si fuera un alimento. «Ese padre tiene que pagar, ese padre que le comentó a su hijo que matar no era nada del otro mundo».
«Nunca lo voy a volver a ver, nunca más lo voy a volver a ver correr, ni a verlo sentado en mi mesa».
Samuel salió de su casa diez minutos antes de ser asesinado. Iba de buen humor a las maquinitas, en ese breve lapso de tiempo, su hijo mayor llegó gritando, «Mamá, mamá, le pegaron a Samuel».
La mujer escuchó el disparo pero pensó que habían explotado una paloma.
«Cuando llegué encontré a mi hijo tirado en el suelo, mi hijo se debatía entre la vida y la muerte, corrí a verlo, lo agarré y le busque dónde estaba la bala para ver a dónde le habían pegado, pero le pegaron con un arma en un oído arriba de la oreja».
Con ayuda, trasladó al menor a La Perla, no sabe quién la apoyó, si fue Cruz Roja o Protección Civil, cuando llegaron al Hospital de Río Blanco, el niño ya había sufrido su primer paro cardiaco. La doctora que lo recibió le dijo que el caso era grave y que no iba a sobrevivir.
A las dos horas, después de un segundo paro cardiaco, Samuel falleció.
Con información de Gabriela Domínguez
