*Antes de embarcarte en un acto de venganza, cava dos tumbas. Camelot
Gilberto Haaz Diez
EL GOBER TRASNOCHADO
Lo leí en Crónica Tierra Blanca. Sucede que el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, llegó ayer cuando pardeaba la tarde (5:15) a mi pueblo, Tierra Blanca. Noé Montalvo, el paparazzi del diario, lo vio y dijo moles, se preguntó qué anda haciendo por acá y a estas horas, el góber se metió al Café Neruda de la terrablanquense calle Constitución, allí estuvo el góber un par de horas hasta que, a las 7:15, partió camino rumbo a Xalapa. Con su seguridad solamente, sin llamar ni al alcalde ni a ninguna diputada ni pegostes barberos, solo le llegó la jefa de la oficina de Hacienda. Cuando Noé lo vio llamó a Ana María Vela, la reportera estrella de Radio Max y a la salida le hizo una entrevista banquetera, exclusiva de ese medio. Comentó el Cui que venía de Acayucan donde grabó unos promocionales para su informe de gobierno y había platicado con unos maestros que lo descubrieron. Visita de un par de horas, solo de paso para un tentempié en ese pueblo donde la calor se sublima y el huamachito florece.
LA RUEDA SIGUE GIRANDO
Ricardo Monreal, proscrito por la 4T y caído de la gracia presidencial, desde que el tabasqueño le negó los desayunos semanales que tenía en Palacio Nacional y Monreal salía como un pavorreal, una mañana ese naipe se derrumbó y cayeron como fichas de dominó, cuando la Sheinbaum fue de lloroncita a decirle al patrón que Monreal les había ganado la CDMX con sus candidatas y con sus traiciones. Así anda el hombre desde ese día, dando tumbos por aquí y por allá, amenazando que se va de Morena pero está que se va, que se va y no se ha ido, como dice la canción. Unos cuentan que ya tiene cabida con Dante Delgado Rannauro en MC, pero otros lo dudan (a ver qué opina Sergio Gil Rullán, dirigente estatal veracruzano). Monreal es apestado, su ADN ya no coincide con el de Morena, aunque la mayoría de senadores (87 de 127), incluidos los de su partido, lo apoyen en su pelea tamalera, con la más tamalera de sus contrincantes, Layda Sansores (y que me perdonen las tamaleras, porque es un oficio rico), Monreal está fuera de ese olimpo donde solo vota el Peje. Alguna vez le llegaron varios precandidatos al llamado viejito Ruiz Cortines, eran como cuatro, cada uno de ellos se fue presentando ante el presidente: soy fulano de tal y cuento con tantos votos, al final, después de escucharlos, les dijo, al estilo Salinas, futurizando: ‘Miren, muchachitos, no se hagan bolas, para ser el candidato a la presidencia solo necesitan un voto. Y ustedes saben cuál es. Ninguno más’. Y los mariachis callaron.
MONREAL CONTRA EL CUI
Si alguien se la debe a Monreal es el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, apenas lo llamó ‘abusivo y autoritario’, el Cui está tan tranquilo porque está arropado en las faldas de Claudia Sheinbaum, quien lo ve como su jefe de campaña en tres estados del sur, y con el presidente AMLO, quien lo mira como a Ruiz Cortines, por lo honesto, dice el tabasqueño. He escrito que, si aquel equipo queda, Cui tendrá que asilarse en Tanzania o Israel, donde no haya tratado de extradición. Se la debe desde aquel día que, por consigna, detuvo a su amigo y colaborador José Manuel del Rio Virgen, lo tuvo recluido en Pacho Viejo durante seis meses (ni un día más, pero tampoco menos), no valieron ni las llegadas del exgobernador Dante y Monreal a esa cárcel, donde no los dejaron entrar ni a saludar a su amigo, fue una afrenta que llevan clavadas como dos puñales, en el pecho y la espalda. Algún día creo se la van a cobrar. No es indio el que no se venga, diría Kamalucas, un filósofo de mi pueblo, o aquella de Minga: La venganza es un plato que se sirve frio, se disfruta lento y tiene un sabor muy dulce.