Coatzacoalcos, Ver. Son las 2 de la mañana y la Casa del Migrante Santa Faustina Kowalska, en Coatzacoalcos, está a tope con 160 personas de todas las edades, incluso niños. Algunos permanecen dentro mientras que otros buscan asiento en el patio o la azotea ante la falta de espacio.
En unas semanas, el Instituto Nacional de Migración (INM) y la Guardia Nacional, han dispersado cuatro caravanas de migrantes centroamericanos y haitianos, con un número indeterminado de detenidos y heridos.
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha defendido estos operativos asegurando que trata de cuidar a los migrantes de los peligros de la ruta hacia EU; sin embargo, organizaciones de Derechos Humanos han denunciado actos de agresión.
Algunos migrantes logran escapar de los cercos policiacos y avanzan hasta el sur de Veracruz, por eso este albergue se prepara para recibir en los siguientes 20 días hasta a 300 personas por día, lo que podría rebasar las capacidades de ayuda alimentaria y estancia.
“Que Dios y María nos bendigan”, dice el encargado de la Casa, Germán Guillermo Ramírez Garduza, mientras graba a todos para dejar constancia de que toda la ayuda que se recibe, se entrega a los migrantes y en ocasiones es insuficiente.
Advierte que si aumenta la cifra de migrantes, pedirán apoyo al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) o al gobierno federal para que los apoye con lonas y así poder acampar en la playa con los migrantes jóvenes y así darle prioridad en la vivienda a las mujeres con niños.
“Calculamos que al día llegarán 300 migrantes, si llegáramos a rebasar eso pediríamos a la ACNUR y a la Secretaría del Bienestar que nos consigan unas lonas y nos vamos a ir a la playa a acampar con los que no quepan porque nuestra casa está a tres cuadras de la playa”.
Con información de AVC