*Eduardo Matos: “la historia es implacable en sus juicios. No se puede cometer el error de manipularla, ni de cometer el despropósito de tergiversarla”. Camelot.
Gilberto Haaz Diez
EL GRAN PREMIO PRINCESA DE ASTURIAS.
El gran Eduardo Matos Moctezuma, historiador y arqueólogo mexicano, padre del Templo Mayor, ganó el Premio Princesa de Asturias en Ciencias Sociales, considerado un Nobel español, en Oviedo, la ciudad donde se entrega año con año. El acto ceremonial estuvo de primera. El Rey de España, la princesa heredera, la reina madre y parte de la corte real. Académicos y gente de letras. Apenas, Ciro Gómez Leyva se extrañaba que, de parte del gobierno de México, nadie lo felicitara. No podían, tiene una tesis contraria a la del presidente AMLO sobre las relaciones de México y España, Matos habla del buen entendimiento, y AMLO quiere pelea donde no la hay, porque para pelear se necesitan dos y aquí solo hay uno. El mensaje de Eduardo explica que Los dos países, España y México, están unidos por lazos indisolubles. Y eso no gusta en el gobierno. El País: ‘Matos ha asegurado que ambos países venían, siglos atrás, “arropados en sus propias historias”. “En enero de 1521 se dio la conjunción de ellas. En aquel año ocurrió el encuentro de dos maneras de pensar diferentes, que tenían sus propias visiones del universo”. El arqueólogo ha hecho, además, un recorrido de las relaciones entre los dos países desde la llegada de las tropas de Hernán Cortés a Tenochtitlan y Tlatelolco, lo que ahora configura la Ciudad de México. “[La fusión de los dos pueblos] se vio interrumpida cuando surgió la nueva nación en el año de 1821. México iniciaba su nuevo camino. En 1836 los dos países acordaron el tratado de paz y de amistad y entablaron relaciones. México reconocía a España y España reconocía a México. También hizo referencia al mal gobernante: “poderosos que, en su soberbia, creyeron que serían eternos, pero no fue así”. Los académicos de la UNAM aplaudieron ese Premio y un alumno escribió en tuiter: “Eduardo Matos Moctezuma no puede ser encasillado fácilmente, es un todoterreno: investigador de talla mundial, creador de museos, divulgador científico, profesor de excelencia, gestor cultural y director de proyectos emblemáticos en Tula, Teotihuacán, Tlatelolco y Tenochtitlan”.
CARLOS SALINAS: AZTECA Y ESPAÑOL
El expresidente mexicano Carlos Salinas de Gortari obtiene la nacionalidad española
El exmandatario solicitó el pasaporte español a través del procedimiento que el Gobierno habilitó para sefardíes o sus descendientes.
Salinas de Gortari, de 74 años y cuya familia es originaria de Nuevo León, uno de los Estados donde más se ha recurrido al trámite de nacionalidad española por vía sefardí (antecedente de los judíos), vive en Reino Unido desde hace años y sus visitas a España son habituales. Preguntado por este diario por la motivación que le llevó a solicitar la nacionalidad española, Salinas defendió que, según la Constitución, todos los mexicanos tienen derecho “por consanguinidad, residencia, matrimonio u otras condiciones a tramitar otra nacionalidad sin menoscabo de la mexicana”. “De mis motivaciones personales, baste mencionar que estas son de orden genealógico, afectivas y de congruencia con una visión moderna de las interrelaciones compartidas entre naciones y nacionalidades; de orgullo por nuestras raíces, múltiples y diversas. Se trata, al final del día, de un derecho de los mexicanos para cuyo ejercicio, como el de cualquier otro derecho de nueva generación, no se requiere acreditar ninguna justificación”. La relación del expresidente mexicano con España es conocida, sus visitas son recurrentes. Preguntado si, ahora que cuenta con la nacionalidad, pretende cambiar de país de residencia, el exmandatario no fue conciso: “Todo ciudadano de un país europeo puede asentarse en cualquiera de las 27 naciones de esta gran región. No hay restricciones a sus nacionales en ninguno de ellos. Mi casa familiar y mi familia pertenecen a México; México es mi patria, mi mayor orgullo, mi entrañable tierra natal y siempre lo seguirá siendo”.
Órale pues, a comerse unos huevos rotos en Casa Lucio o en La Bola el mejor cocido madrileño. Diario El País.