*Cuando los hijos cargan a los padres. Camelot.
Gilberto Haaz Diez
CON EL HIJO DE PABLO ESCOBAR
Los hijos de gente grande, en la maldad y en el bien, por lo regular cargan siempre ese estigma o ese mal fario. Le sucede al hijo del narcotraficante Pablo Escobar, Juan Pablo, que a los 16 años de su vida vio caer a su padre asesinado por las fuerzas de seguridad colombianas. En ese tiempo, su nombre estaba a la altura de Al Capone, y los narcos mexicanos eran como sus alumnos. Era un grande que movía droga en el orden de 60 millones de dólares semanales, según platicó su hijo en la reunión que tuvimos con él un pequeño grupo de 20 personas, la mayoría empresarios. Una tarde Hugo Chahin Kuri, presidente del DIF orizabeño, me llamó a invitarme a esa cena-reunión en La Cofradía, un lugar privado del Polifórum Mier y Pesado. Y allí me tenéis después de un viaje tormentoso de 7 horas rumbo a Xalapa, donde en la mugre autopista de Capufe de Paso del Toro, por el atasco de tanto tráiler de doble caja, nos tuvieron una hora detenidos. Las 8 de la noche dio inició la cena, una sopa de verduras y una milanesa y un refresco o una chela o un trago, amenizaban la plática. Juan Pablo Escobar, que cambió su nombre por Sebastián Marroquín, pero todos lo conocen por el verdadero, llegó con su esposa, una chilanga que lo hace vivir en México la mayor parte del tiempo y que se gana la vida dando conferencias, como la que dará en Orizaba hoy mismo donde 3,500 boletos agotaron el evento. Cuenta que lo hace por rescatar a los jóvenes de las drogas. Y habló de su libro que escribió y reveló anécdotas. El lugar donde más veces ha ido es Querétaro, unas 25 veces y entonces la concurrencia le presumió que a Querétaro lo gobierna bien un orizabeño, Mauricio Kuri González. Ha estado en Sinaloa y me atreví a preguntarle si un hijo de El Chapo Guzmán lo habría buscado, me respondió que él no, pero una hija sí.
LO QUE JUAN PABLO ESCOBAR DIJO
Entre una veintena de personas, vestido informal con camiseta tipo polo, jeans y unos tenis, arquitecto de profesión, de 45 años, nacido en Medellín, Colombia, conferencista y diseñador, casado desde 2003 con María de los Ángeles Sarmiento, habló de la fortuna de su padre y arremetió contra Netflix, por su apología a la violencia y porque en las series los enaltecen, además, dicen mentiras, como aquella de que su padre enterró unos 100 millones de dólares. Comentó que escogió vivir en la pobreza porque, cuando fue a Colombia, al conversar con las bandas rivales de su padre, le dijeron: ‘Te vamos a dejar vivir, pero en la pobreza’, y él prefirió la vida a los millones de dólares. Exhibió algunos correos de jóvenes que les han enviado de diversos países, donde le admiran porque gracias a él, le decía este, dejó el vicio y el ser halcón o mula de los grupos, porque muchos jóvenes deciden vivir poco, aunque sea unos 25 años y morir con dinero que vivir en la pobreza: “A ellos dedico mis conferencias”, y acepta todas las preguntas y a veces tira algún chiste, como el de una reunión que tenían y a él le habían quedado 9 millones de dólares y le dijo a una tía que fuera por unos 50 mil dólares y se los llevara, y jamás volvió a ver a la tía, muchos de allí le preguntaban la dirección de esa tía. Tocó el tema muy doloroso cuando su padre mandó matar a Luis Carlos Galán, político colombiano que iba a ser el presidente de Colombia y en un acto público, los killers de Pablo Escobar lo rafaguearon delante de la gente, videos que existen y se pueden ver en Youtube. Todo eso él lo carga, una vez se encontró con el hijo del político Galán y en una televisora, ambos hijos, dialogaron de sus verdades. Ese Cartel de Medellín era terrible, no les importaban jueces ni políticos, periodistas, civiles, liquidaban lo que estuviera a su paso. Juan Pablo alguna vez les pidió perdón a los hijos del político Galán y del ministro Rodrigo Lara. Lara le dijo al hijo de Escobar: “El pasado es duro. Pero lo importante es que usted es un hombre bueno, un hombre de paz. Yo soy un hombre bueno, un hombre de paz. Eso es, pa’lante (para adelante) hermano”.
Y ahí anda este hombre, hijo del capo más famoso de la historia de las mafias, ese hombre que tenía a la DEA de cabeza y por la que el gobierno americano daba la mayor recompensa que ha sido posible, y que un día fuerzas colombianas lo abatieron en una azotea, y dejó marcados a los hijos, a Juan Pablo y una hermana suya, y él ahora aboga por que los jóvenes no escojan el camino fácil, el de las drogas o ser mula o halcón o lo que sea.
Buena reunión de una gente que no tiene la culpa de haber nacido hijo del mayor Capo de la historia moderna latinoamericana.