Esteban de Jesús Lara Álvarez, experto en temas energéticos, ambientales y cultura del agua, afirmó que las tres fuentes de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) ya cumplieron su ciclo, por lo que es momento de plantear cuál va a ser nuestra nueva fuente de energía.
El Master en Derecho Energético por la Fundación Repsol fue conferencista en el segundo día de actividades de la Feria Universitaria de Sustentabilidad “Expo Sustenta 2021”, en donde habló sobre el cambio climático y sus efectos nocivos significativos en la composición, capacidad de recuperación o productividad de los ecosistemas naturales, así como en el funcionamiento de los sistemas socioeconómicos o en la salud y bienestar humanos.
Resaltó que la concentración de gases efecto invernadero (GEI) en la atmósfera está ligada a la temperatura de la tierra, concentración que ha ido en aumento desde la Revolución Industrial, así como la temperatura del planeta, siendo el dióxido de carbono el más abundante, debido a la quema de combustibles fósiles.
Precisó que las emisiones de CO2 aumentaron 50 por ciento desde 1990, mientras que en 2010 se generó más CO2 que en las tres décadas anteriores, situación que ha tenido un impacto directo en la temperatura del planeta; lamentó que existen otros GEI que afectan como el metano, óxido nitroso, carbón negro, hidrofluorocarbonos, pero el principal es el dióxido de carbono.
Dijo que a nivel internacional se han dado tres pasos importantes para paliar este fenómeno: la Cumbre por la Tierra (1992), el Protocolo de Kioto (1995) y el Acuerdo de París (2015), que tiene como principal objetivo mantener el aumento de la temperatura mundial en este siglo por debajo de los dos grados respecto a los niveles preindustriales, y hacer esfuerzos adicionales para lograr un incremento de sólo 1.5 grados. El acuerdo fue ratificado por 195 países.
Mencionó que en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU se fijan 17 Objetivos en la materia, algunos de los cuales están relacionados con el impacto en el cambio climático. Apuntó que 10 países son responsables del 66 por ciento de las emisiones de GEI. De hecho, México se encuentra entre los 20 países más emisores de GEI, provocando que las temperaturas en el propio territorio aumenten 0.85 grados por arriba de lo normal.
Por lo anterior, desde 2012 la nación cuenta con la Ley General del Cambio Climático, cuya actualización más reciente fue en noviembre de 2020. Entre sus objetivos están: garantizar el derecho a un ambiente sano; regular las emisiones GEI; promover la transición hacia una economía competitiva, sustentable, de bajas emisiones de carbono y resiliente a los fenómenos hidrometeorológicos; reducir la vulnerabilidad de la población y los ecosistemas del país frente a los efectos adversos del cambio climático.
Lara Álvarez refirió que dada la crítica situación, existen compromisos no condicionados que implican reducir el 22 por ciento de las emisiones del GEI y 51 por ciento de emisiones de carbono negro para 2030, pero existen también compromisos condicionados que contemplan reducir hasta 36 por ciento la emisión de GEI y 70 por ciento de las emisiones de carbono negro el mismo año.
Por otra parte, dijo que existen propuestas gubernamentales de mitigación, en donde se considera el transporte, generación eléctrica, comercio, procesos industriales, la agricultura y ganadería, así como el manejo de residuos sólidos y aguas residuales.
Por último, consideró que el continuo aumento del nivel del mar no se podrá revertir hasta dentro de varios siglos; los daños en propiedad por cambio climático se estiman en 400 mil millones de dólares tan sólo entre 2017 y 2018, por lo que las instancias correspondientes tienen la meta de lograr energía limpia en un 35 por ciento para 2024, y en un 50 por ciento para 2050.