*Es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras. Camelot.
Gilberto Haaz Diez
MAÑANAS INCIERTAS
Hay mañanas que deprimen. Un escritor no debe deprimirse, la depresión angustia y pega desde que el Covid llegó a nuestras vidas. Ya lo dijo Shakespeare: ‘La vida es una historia contada por un idiota, una historia llena de estruendo y furia, que nada significa”. Es decir, contémosla nosotros mismos y no esperemos que nos las narren. Entre las corcholatas y los dimes y diretes, entre que, si la oposición no quiere ya legislar y aplicarle al presidente AMLO aquella de ‘no te entumas’ y el candado de la cerrazón legislativa, que algunos ya recularon porque, es una incongruencia rechazar lo que ni se sabe ni conoce, hay que dejar que el Ejecutivo lo proponga y entonces sí a rechazar, va pa’ atrás. Desde la barbarie en Puebla donde ese desgobernador desde su asiento que tiene como púlpito, con su fea cara y su rostro impasible, asegura y señala que es una barbarie, pero a la fecha no tiene detenidos, cuando debía haber unos 50, mínimo, que paguen por ese linchamiento a ese joven que era un buen hijo, según revela su madre. Entonces ando en los libros. Y terminé el de sanguinario Stalin y ahora termino el de ‘Apaciguar a Hitler’, cuando el nazi jugó con Chamberlain en el camino a la guerra, hasta que se topó con Churchill, que le había dicho al mismo Chamberlain: 2Tuvo usted para elegir entre la humillación y la guerra, eligió la humillación y nos llevará a la guerra”. Y entre buenas series de Netflix, que es parte de nuestra vida, con Ozark y Peaky Blanders, la temporada 6, donde la historia de los irlandeses se sublima en tiempos de la prohibición del alcohol. Buenas series.
EL ALCALDE REVILLA (NADIE ES MAS QUE NADIE)
Leí en un par de noches un libro interesante: “Nadie es más que nadie”, escrito por el político cántabro, Miguel Ángel Revilla (Salceda, Polaciones, 23 de enero de 1943), un joven que pastoreaba ovejas en la ladera de Peña Labra y ascendió a economista, escritor, político y presidente de Cantabria, el amigo personal del presidente AMLO, aquel que invitó a pasar unos días en el rancho La Chingada. López Obrador lo tiene catalogado como uno de los mejores políticos del mundo. Y con el alcalde de Orizaba, Juan Manuel Diez Francos, han logrado una amistad y una química política, cuando hace años el orizabeño se lo encontró en España en una reunión de diputados y comieron. Revilla es de esa tierra, y el padre de Juan Manuel, Don Juan Diez Alonso (qepd), salió un día de Casavegas, en la zona palentina de Castilla y León, hacia América. Volvieron a verse hace un par de meses en Barcelona, en la cumbre del turismo de México, donde asistió el secretario de turismo y el nuevo embajador de México en España, por cosas del destino lo encontró firmando libros, porque ya editó su segundo y platicaron del presente. Volaron juntos a Santander y platicaron de esas cosas de la tierruca. Revilla desglosa su relación con los políticos, el por qué escribió ese libro y cuando se ha encontrado al Rey Juan Carlos, cuya portada de la 23 edición plasma la imagen de cuando el rey se prueba unos zapatos suecos y el alcalde cántabro se los acomoda. Anécdotas con Aznar, Zapatero, Emilio Botín (1934-2014), el santanderino más famoso de España y el de más billete, dueño del banco Santander. López Obrador un día visitó la tierra de su abuelo, en Cantabria, por invitación de Revilla. Allá anduvo, aún no le brotaba su anti hispanismo ni quería perdón por la Conquista. El libro revela anécdotas del político con gente de alto nivel, una con el rey cuando, estando en reunión sonó su celular, era la esposa de Revilla, el rey le dijo déjame saludarla, le dio el teléfono y la señora no creía que era el rey: “¿Qué Rey?”, preguntaba angustiada. “Pues el único que tienes, Juan Carlos I”. Y así terminó la plática. Las vivencias de un político que en España es todo un personaje y que es el amigo personal del presidente de México y con amistad con el alcalde de Orizaba.