+A la memoria de Miguel Ángel Castelán Crivelli, ex alcalde de Ixtaczoquitlán, buen funcionario, buen amigo, buen padre de familia, por su sensible fallecimiento. Descanse en paz.
Gilberto Haaz Diez
El APOYADOR RICARDO AHUED
Un amigo del alcalde Ricardo Ahued Bardahuil, me dijo que, cuando llegó a tomar la alcaldía, encontró todo hecho un cochinero. No sabía ni por dónde empezar. Desfondados, flacos, ojerosos, cansados y sin ilusiones, el hombre, empresario del plástico, había veces que se topaba con la pared. Xalapa estaba al declive, abandonada por el alcalde que se fue, los hoteles cerraban y los comercios de años bajaban sus cortinas, había una crisis, muy en contraste con otras ciudades que abrían hoteles y comercios y restaurantes. Xalapa no tenía ni siquiera limpieza, abandonada también donde a su entrada desde el aeropuerto era un orgullo para el gobernador Agustín Acosta Lagunes tener esos camellones centrales verdes, llenos de flores y con jardines versallescos, ahora que fui la semana pasada vi con alegría que ya había una brigada de trabajadores limpiando esa entrada. Ahued Bardahuil tuvo un gesto noble, donó un auto de los antiguos para que fuera rifado y los fondos sirvan para apoyo a niños con cáncer, como se hace en Orizaba con el trenecito santanderino, que opera el DIF municipal de Hugo Chahin Kuri y, desde que el gobierno federal y estatal no aportaron dinero para las medicinas de niños con cáncer, la iniciativa privada les ha metido las manos. Hizo bien Ahued, la población se lo reconocerá, nada hay como ayudar a un peloncito que sufre por el medicamento del cáncer y que este gobierno no ha podido surtir los medicamentos.
LA CAÍDA DE NETFLIX
La tecnología viaja a la velocidad de la luz. Cada día que pasa se innova algo, y lo demás va quedando viejito. Hoy descubres algo y te vuelves multimillonario y al paso del tiempo aquello comienza un declive, porque algo nuevo llegó o alguien te compite con mejores esquemas. Ocurrió con Netflix, donde el inventor del sistema Streaming, aburrido de ir a rentar películas y devolverlas a los Marcrovideocentro y Blockbuster, ideó este esquema de televisión. Es historia conocida. Como aquellos inventores en el Silicón Valley, que en unos garajes revolucionaron al mundo de la tecnología. Netflix creció y logró tener millones de suscriptores en el mundo, por ciento y pico de pesos podrías tener miles y miles de películas, para verlas a la hora que se te pegara la gana. Era toda dulzura, uno podía compartir la señal con cuatro amigos y salía baratísima, eso sí, a cada rato te enviaban a tu correo electrónico una alerta donde decía que alguien se había conectado a tu cuenta. Ellos lo sabían y la dejaban pasar. A ese pastel muy grande, los lobos devoradores de la competencia, querían que les convidaran un pedazo, y comenzaron a salir competidores: Amazon, Prime, You Tube, Appel, HBO, Roku, Paramount y hasta Carlos Slim con su Claro video. O sea, compartan no se coman el pastel completo. Netflix sintió una caída de sus millones de suscriptores y perdió apenas 200 mil que se dieron de baja. Eso les hizo que sus acciones en la bolsa bajaran y ahora están aplicando remedios como los de María Sabina, para volar alto. Ha sido así el mundo, un día las antenas parabólicas desaparecieron, ahora llegan con un aparatito del tamaño de un dedo y te conectas al mundo del cine y deportes y TV; los discos desaparecieron y nacieron los compacts disc, mismos que ya están desapareciendo, hay tiendas como Liverpool que han cerrado sus espacios de discos. Las películas, por igual, hasta las piratas se fueron a dormir el sueño de los injustos. Con el libro no han podido, con todo y que en Internet ahí andan, aún hay librerías como Sanborns y Michel en Orizaba, o Ghandi, El Sótano, Porrúa, que tienen bastante stock, pero la tecnología así es, el pez gordo se come al pequeño o, como diría Kamalucas, un filósofo de mi pueblo: Ay manito, si te apendejas, desapareces.