+Al comunicador y amigo, Raúl Peimbert Díaz, por el sensible y doloroso fallecimiento de su señora madre, doña Aura Díaz viuda de Peimbert. Descanse en paz.
Gilberto Haaz Diez
EL SABADAZO A TITO DELFIN
Transcurría un sábado bien quitado de la pena, de esos de liguilla, cuando la noticia corrió como reguero de pólvora. Habían detenido con violencia en Álamo al candidato del PAN a la presidencia estatal, el exalcalde de Tierra Blanca, Tito Delfín Cano. Las redes se violentaron. Mientras el América caía en una gran sorpresa ante unos Pumas que por poco no califican y hoy están en las semifinales con ganas de llevarse el título. Los expertos dicen que Solari no sabe jugar las liguillas, y la mejor definición la dio José Ramón Fernández, que algo sabe de futbol, dijo: “El América se murió de nada. Fue a CU a no jugar, a especular, a ser medroso y jugó como un equipo chico. El día de hoy pagó las consecuencias, se equivocó. Era el líder y el favorito ¿Qué pasó?”. Mientras en las redes sociales, Alicia, la hija de Tito Delfín ponía un video del levantón de su padre por los ministeriales del gobierno. Y los panistas desenterraron las hachas y le declararon la guerra al Supremo Gobierno de Cuitláhuac y Eric Patrocinio y la Fiscala Carnala. Todos, desde Indira (que no es Gandhi), la compañera de fórmula del candidato a la presidencia del PAN estatal, pasando por los dos Yunes Márquez: Miguel Ángel y Fernando, y los del otro lado, el Chapo Guzmán, que es rival de Tito y Julen Rementería, a quien acusan que se confabuló con el gobierno de Cuitláhuac, todos condenaron el acto. La verdad es que tuvieron tanates para detenerlo un día antes que llegara al estado el presidente AMLO, o quizá fue para demostrarle que aquí cierran filas a las detenciones, aunque sean arbitrarias, total, si el expediente no da, le ponen ultraje a la autoridad y asunto arreglado. No se sabe la razón de su detención, alguien por allí escribió que le revivieron una denuncia vieja cuando fue alcalde de Tierra Blanca. Vaya usted a saber. Mientras la dirigencia nacional guarda silencio sepulcral. Esta historia continuará. To be continued.
COMO LAS PAPITAS O EL PAN BIMBO
Hace cosa de nada, el presidente AMLO, harto y desesperado del desabasto de medicinas en el país, sobre todo en los medicamentos para niños y personas con cáncer, dijo tajante que se comprometía o dejaba de llamarse cómo se llama (Andrés Manuel), a que los medicamentos estarían en todos los hospitales del país, y puso un ejemplo ‘Como los de las papitas y los chescos’. Los de las papitas son los de Sabritas, esos que no puedes comer solo una. Equipo ideal para el reparto todas las mañanas en cada changarro del país de sus fritangas. Y me acordé que hace dos días leí un libro pequeño de la historia de Bimbo, ese negocio que la familia Servitje creó para orgullo de los mexicanos y de la humanidad, que comemos ese pan sabroso. Bimbo es la empresa número uno del mundo, tiene fábricas en todo el planeta, una vez pasé cerca de una en Barcelona y me llenó de orgullo. Cuenta una anécdota española que cuando don Lorenzo Servitje llegaba a tomarse un café con sus paisanos en los pueblos españoles, siempre se preguntaban a qué se dedicaban.
Lorenzo dijo: ‘soy panadero’.
¿Y cómo se llama tu panadería?, replicó otro cafetero.
¡Bimbo!, dijo el hombre con gran orgullo.
El librito se lee en una sentada, explica cómo iniciaron. Lorenzo es mexicano (1918-2017), hijo de padres españoles que llegaron a México y se dedicaron a la panadería, hacían pasteles y así fueron formando ese imperio que hoy cuenta con 234 mil colaboradores,7mil196 plantas panificadoras, 83 millones de puntos de venta y una red de distribución con 57 mil rutas en todo el planeta. Asimismo, Grupo Bimbo opera más de 100 marcas y más de 13 mil productos, entre los que destacan: Bimbo, Tía Rosa, Ricolino, Nutrella, Marinela y Barcel, por mencionar algunas. Una vez en un solo día, Grupo Bimbo sembró 9 millones de árboles en México. Grandes filántropos. Bueno, después de este comercial, si el presidente AMLO no puede distribuir con los inútiles de su gobierno, que llame a Bimbo, ellos se los llevan. Fin de la historia.